
Dicen también, que la ciudad se delata en sus cantinas. Se cree que ellas aún rescatan esa particular idiosincrasia del pueblo. Muchos, al compás de los tragos, dicen que las amistades mas sólidas se construyen en esos sitios, otros, que las desgracias mas lamentables se fraguan también ahí. Los bohemios y trotadores de la noche las encuentran como fuentes de inspiración. Y es que, al final de cuentas, la cantina es de los sitios mas populares y económicamente accesibles para la gran mayoría de la gente. Por otro lado, ellas conservan una clientela que ha frecuentado el lugar durante años. Por eso no es extraño ver personas mayores en estos sitios, que para cualquiera sería algo bastante inusual.
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