Y como mencionaba al principio: las cantinas no son bares. Un cantina es lo que precede al bar, es un legado en el tiempo que se desaparece lentamente. El bar, es esa concepción moderna de lo que una "cantina no debería llegar a ser". Muchas cantinas han optado por "alinearse" ante estas exigencias del "mercado", renunciando así, a su propia identidad, y terminan transformándose en estas horrorosas interpretaciones modernas! Nada mas fútil, que una cantina maquillada con pretenciosas aspiraciones contemporáneas! Y aunque algunos cambios son inevitables, pareciera ser que las nuevas generaciones desprecian todo aquello que no se asemeje a los nuevos conceptos que están en boga. Por ello, entre mas tiempo transcurra, menor será la apreciación para estos sitios, pues la costumbre dejará de ser costumbre. Y la cantina, lo mas probable, cerrará o se convertirá en un bar.
Así que la percepción entre estos dos sitios varía drásticamente cuando se pueden separar ambos conceptos. El bar contiene la desafiante explicación de lo moderno, mientras que la cantina, conserva la identidad del pueblo que desaparece a merced de la nuevas generaciones. Siempre he creído que el rescate de estos sitios, equivaldría no solo como reconocimiento de nuestras tradiciones, sino de nuestra propia historia.
0 comentarios:
Publicar un comentario