MATEHUALA, México.- Un migrante conocido como "César del Huizache" le hizo un pedido extraño al zapatero Darío Calderón: Le mostró una foto en su teléfono celular de un par de botas de vaquero con lentejuelas, tan puntiagudas que llegaban hasta las rodillas del portador. El quería un par, pero con una punta aún más larga.
"Yo me sorprendí y me dije 'qué onda con este vato' (qué le pasa a este amigo)", dijo Calderón en su negocio en Matehuala, una ciudad de agricultores y ganaderías en el noreste de México más acostumbrados a una apariencia más estoica de lo que debe ser un vaquero.
"Me dijo que quería botas como esas (de 60 centímetros), pero más grandes. Se las hicimos de 90 centímetros", agregó.CONTINUAR LEYENDO>>>>>
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